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‘Comparezco ante ustedes...’

«Buenos días, comparezco ante ustedes para aclarar algunas cuestiones en relación con el llamado caso Bárcenas que afecta a mi partido. Sé que los ciudadanos a los que me debo como presidente están preocupados y con estas aclaraciones pretendo salir al paso de estas inquietudes y disipar las dudas en torno a un asunto que a mí me escandaliza tanto como a cualquier español. Yo nombré tesorero a don Luis Bárcenas porque me fiaba de él, había sido un gerente serio, trabajador y leal. Las finanzas de mi partido han estado en sus manos durante más de 20 años. Tengo por costumbre confiar en mis colaboradores. A estas alturas, después de todo lo que hemos ido conociendo, está claro que no debí fiarme de él. Tampoco responder a sus mensajes. Pido disculpas por ello y quiero decir a los ciudadanos que la primera víctima de las mentiras de Luis Bárcenas soy yo. Hasta que supe de sus cuentas en Suiza, defendí su presunción de inocencia. Incluso escuché los cantos de sirena de los que me dijeron que no podía romper abruptamente con alguien que había sido un cargo importante en el partido. Fue otro error que ahora lamento. Como lamento el daño causado por Luis Bárcenas al prestigio de la institución que presido. Sobre las acusaciones de financiación irregular, quiero decir que si la hubo yo no la conocía. Los tribunales tendrán la última palabra. Pero como soy consciente de que entre la ciudadanía existe esta sospecha, anuncio que el PP cambiará por completo sus campañas, suprimiendo los actos más caros y utilizando los nuevos medios. He propuesto a mi partido una renovación de sus estructuras y la elección directa del presidente y los candidatos a las generales, autonómicas y municipales por parte de los militantes. He pedido la comparecencia urgente en el Congreso para informar de todo esto y de lo que quieran plantear los grupos parlamentarios. Si de la instrucción judicial se derivan responsabilidades para algún cargo del PP, incluido yo mismo, las asumiremos. Mi objetivo es que este penoso asunto no emponzoñe más la política española en un momento delicado para nuestro país. Estoy a su disposición para responder a las preguntas que quieran hacerme, sin límites».

Este guión nunca lo firmaría Pedro Arriola. Más bien podría ser de Aaron Sorkin, aquel que en sus series consigue que nos encandile la política y el periodismo. Quizá sea una pretensión ingenua y naíf, pero juro que también lo firmarían algunos vecinos de mi barrio que han votado siempre al PP con los ojos cerrados. La gente está esperando como agua de mayo un rapto de dignidad, un instante de claridad, un rayo de esperanza.

Mariano Rajoy ha elegido la vía Arriola. Para eso le paga, y muy bien. El presidente es él, el Estado es él y no tiene que responder a rumores, noticias e insinuaciones. Agosto se llevará la basura al mar. Ha interiorizado tanto su independencia que se siente independiente incluso de los ciudadanos a los que gobierna. Que Dios le pille confesado. Lo que le queda de legislatura será un infierno.