Rajoy debe acudir al Parlamento por higiene democrática

EL PRESIDENTE de la Asociación Profesional de Peritos Calígrafos certifica hoy en nuestras páginas que el documento publicado ayer por EL MUNDO no fue elaborado de una sola vez, ya que presenta «diferentes momentos escriturales» con distintos tipos de tinta. Igualmente, este experto concluye que el papel utilizado era característico de finales de los años 90, por lo que la hoja manuscrita tiene todos los visos de ser auténtica.

Ello desmonta la tesis del PP de que ese documento fue redactado por Bárcenas recientemente para desviar la atención de sus culpas y aumenta la verosimilitud de los contenidos, y ello porque sostener que los apuntes son falsos equivale a pensar que el ex tesorero estaba ya preconstituyendo hace muchos años este papel, anticipándose a que podía tener problemas con la Justicia. Una hipótesis no totalmente descartable pero muy enrevesada.

La cuestión de la veracidad de los apuntes es precisamente lo que deberá determinar la Justicia. En un comunicado, el PP insistió ayer que son falsos y que la única contabilidad real es la oficial que audita el Tribunal de Cuentas. Luis Bárcenas tendrá pronto la oportunidad de explicarse sobre la naturaleza de este documento, ya que sin duda va a ser llamado a declarar por el juez Ruz, que es quien tiene los medios legales para esclarecer si el PP se financió ilegalmente.

Pero tan importante como el frente judicial es el debate político que abre esta hoja manuscrita. Hasta hoy, Mariano Rajoy se ha venido negando a acudir al Congreso tanto para dar una explicación como para responder a las preguntas de la oposición. Pero ayer PSOE, IU y UPyD pidieron su comparencia urgente en un Pleno que deberá ser convocado por la Diputación Permanente que se reúne mañana.

Elena Valenciano, portavoz del PSOE, afirmó que «si Rajoy ha cobrado como ministro y ha mentido, no puede seguir como presidente», mientras que Rosa Díez envió una carta a los diputados del PP, pidiendo que se sumen a esa petición de comparecencia por «patriotismo». Desde luego, carece de precedentes que un presidente del Gobierno rehuya dar explicaciones en el Congreso sobre un tema de tanta trascendencia. En casos como los de la guerra sucia y los GAL, Filesa, los fondos reservados, las escuchas del Cesid, el escándalo de Juan Guerra y otros, sus responsables aceptaron someterse a la fiscalización del Parlamento.

Hasta ahora, Rajoy ha optado por la estrategia de ganar tiempo y esperar a que la tormenta descargue, pero eso ya no es posible. Por ello, Esperanza Aguirre declaraba ayer que «si ha habido irregularidades, hay que reconocerlas» sin esperar al desenlace de un procedimiento judicial que puede tardar años. Eso es lo que espera la gran mayoría de los ciudadanos, decepcionados con la actitud de los dos grandes partidos a la hora de responder a los episodios de corrupción que los afecta. En este asunto, lo primero que debería hacer Rajoy es dar una explicación convincente de su relación con Bárcenas y de la situación de su ex tesorero. Por eso, sería un gravísimo error que el PP bloqueara esa comparecencia que resulta necesaria por una cuestión de elemental higiene democrática.