Los pasillos del Hospital Universitario de Móstoles han dejado de ser un lugar meramente de tránsito de familiares y enfermos para convertirse en el amargo espacio donde permanecer hospitalizado. Desde el pasado domingo, la Unidad de Alta Resolución (UAR) no dispone ya de ninguna de las 51 camas repartidas en tres salas del centro que había cuando se creó. Unos lechos, que si bien servían de lugar transitorio hasta que los enfermos fuesen trasladados a su planta correspondiente, su desmantelamiento progresivo ha dejado a los hospitalizados hacinados en los pasillos próximos.
«Los enfermos han pasado toda la madrugada en camillas y butacas sin las atenciones básicas necesarias, ya que en un pasillo no se puede garantizar el descanso», explicó un enfermero del Universitario de Móstoles. Según este testimonio, confirmado por varios trabajadores del centro, la situación llega a presentar «un colapso total en determinados momentos del día» porque a los hospitalizados se suman todos los pacientes que esperan antes y mientras son atendidos.
La UAR fue creada con «carácter altamente prioritario» en noviembre de 2008 con un objetivo claro: «no tener a los enfermos en los pasillos», afirmó uno de los médicos del centro, Carlos Barra. «Nació con la necesidad de cubrir la carencia de camas que tenía el hospital, porque teníamos 20 o 30 pacientes en los pasillos cada día». Además, añadió que durante estos cinco años han estado «correctamente atendidos por enfermeras en un control». «Era una planta más del hospital que dependía de Urgencias», sentenció.
Ante la decisión de la dirección, durante la jornada de ayer, como se puede apreciar en la fotografía, llegaron a compartir pasillo hasta 15 hospitalizados a primera hora de la tarde. Enfermos que al tratarse de una unidad transitoria pueden llegar a presentar cuadros de lo más diversos. «Pueden convivir en el pasillo pacientes con neumonía, enfermos oncológicos, ancianos con demencia y hospitalizados con infecciones variadas», señaló un profesional sanitario del centro.
«El objetivo de esta maniobra es muy sencillo: desmantelar de manera rápida el Hospital Universitario de Móstoles para que el Rey Juan Carlos (situado en la misma localidad y de gestión privada) tenga más afluencia», explicó el doctor Barra. Esto, a su juicio, pasa por no contratar personal eventual para cubrir las vacaciones de verano del personal, y es que, hasta el pasado domingo, en la UAR trabajaban dos enfermeros y dos auxiliares en cada turno del día.
A partir de ahora, según las fuentes consultadas, se quedarán «en el pasillo» un enfermero y un auxiliar. Los otros se encargarán de cubrir las vacaciones de sus compañeros por todas las unidades del hospital. «Ahora toca estar 10 días en una planta, 10 en otra y otros tantos en la siguiente. Todo para no contratar a personal en verano», aclaró un enfermero del centro.
La Consejería de Sanidad de Madrid señaló ayer a EL MUNDO que no le consta que haya enfermos hacinados en los pasillos. Según explicó un portavoz, próximamente se iniciarán «obras menores de remodelación de las instalaciones», como mejoras en la iluminación, renovación del mobiliario del control de enfermería y la reestructuración de la sala de medicación «aprovechando el periodo estival».
El departamento dirigido por Javier Fernández-Lasquetty afirmó que, en cualquier caso, «los pacientes son tratados en las zonas adecuadas para ello, donde cuentan con control de enfermería y las medidas sanitarias y de control necesarias».
Varios trabajadores del centro, sin embargo, informaron de que «nadie ha sido avisado de que se van a realizar ningún tipo de reforma». Además, insisten en que existen tres salas creadas para esta unidad, por lo que «el realizar cualquier tipo de obra de manera ordenada y bien gestionada no implicaría tener pacientes en los pasillos».