LOS POLÍTICOS manejan como les sale del níspero (o la níspera) el dinero de todos. La lista de inculpados abarca desde el más alto al más bajo de todos los partidos que tienen o han tenido poder. Y de los más próximos a ellos. Desde los ERE a los Bárcenas; desde los subrepticios a los públicos. La historia de la democracia aquí está llena de trincones insaciables y de gente desahuciada y hambrienta que tuvo algo de fe y la ha perdido. Desde niños (que pasan hambre en su familia y en su colegio, donde estudian a lo Wert y no ver) a adultos, y adúlteras, que son tratados como desechos de tienta y apaciguados con promesas, cuyo cumplimiento se alarga hasta el escrache y a la cercana muerte. Si esto es mejorar la situación, será en el Senado en que todos complotan. La realidad es hostil y las palmas, ramas. A nadie, entre los españoles que son sólo eso, les interesa la política vacía y palabrera que se hace y Europa desdeña. Ni a mí, por descontado. Quizá unas cuantas decapitaciones ejemplares, en escenarios públicos, ante niños comiendo pan con pan y ancianos moribundos, asesinados por compasión, haría abrir los ojos hoy cerrados.