• Sala de columnas
  • Federico Jimenez Losantos

El invento de Soraya

UN CIENTÍFICO de la Universidad de Rochester llamado John Howell y su hijo Benjamin, de 14 años, han descubierto un mecanismo para lograr la invisibilidad de los cuerpos, según contaban ayer todos los medios. A buenas horas. Soraya Sáenz de Santamaría había demostrado poco antes en el Club Siglo XXI una hazaña mayor: que lo que los físicos llaman un cuerpo grande sea, al tiempo, visible e invisible. Porque nadie duda de que el breve esqueleto de José María Aznar presta osamenta a un mamífero de enormes dimensiones políticas; y sin embargo, Soraya, con su sola, magnética presencia, lo hizo desaparecer sin que dejaran de verlo centenares de seres humanos en los que obra el prodigio contrario: lo echan de menos incluso teniéndolo enfrente. El Premio Príncipe de Asturias 2014 de Juegos Recreativos no deben dárselo otra vez a Casillas y Xavi, que sólo han hecho desaparecer a Mourinho y no del todo, porque sigue siendo sin necesidad de estar. Lo merecen Soraya y Aznar. Ella, porque estando logra que otro cuerpo esté pero no sea. Y él, porque simplemente siendo logra que crean que está.

Nadie puede decir que Aznar no ratificara lo dicho en Antena 3 y que tan mal sentó a Rajoy y al pelotón informativo del martinezcastrismo. Sin embargo, todo el mundo entendió, sin necesidad de leer a Deleuze, la diferencia en la repetición. Por supuesto, no citó a PRISA, pese a tener delante a su responsable de recursos financieros y bancarrotas diferidas. La magia sorayina ha resucitado al PFFR, o sea, al Poder Fáctico Fácilmente Reconocible; tanto, que El País relega la supuesta conexión Gürtel-Bárcenas a la página 19 y ayer era el único periódico que no llevaba en portada a Aznar, ni siquiera para oponerlo a Rajoy y estropearle la siesta. Tampoco se habló en el Siglo XXI de bajar impuestos, grosería que entiende cualquiera, sino del cambio necesario de la estructura fiscal, que lo firma hasta Montoro. Ni se nombró a Cataluña. Ni se denunció la desigualdad de los españoles ante la Ley. Ni que los partidos políticos son los verdugos de la división de poderes. Ni se dijo nada, diciéndolo todo. Total, que Aznar sigue siendo Aznar, pero Soraya empieza a ser mucha Soraya.

>Vea el videoblog de Carlos Cuesta La escopeta nacional. Hoy: La Administración que Aznar pide.