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España necesita un PSOE robusto

LA VERTEBRACIÓN de la democracia pluralista en España se ha conseguido, en parte considerable, gracias al Partido Socialista Obrero Español. Única agrupación que ha gobernado en todas las Comunidades Autónomas, ha sido un modelo de respeto al orden constitucional. Su fragilidad actual emborrasca los horizontes futuros. La incertidumbre y la inestabilidad están ya instaladas en la vida política española. Un Gobierno de centro-izquierda del PSOE o un Gobierno de centro-derecha del PP garantizan el equilibrio político. Sobre los dos grandes partidos ha descansado la libertad y la prosperidad de España en los últimos 35 años.

Las encuestas debilitan, como es lógico, a un Partido Popular que gobierna a contracorriente. El problema es que fragilizan también a un Partido Socialista que está pagando todavía las ocurrencias zapatéticas y que se debate en el desconcierto interno. UPyD y sobre todo el partido comunista, enmascarado en Izquierda Unida, se benefician de la hemorragia de votos que desangra a los socialistas.

Vengo insistiendo desde hace un par de meses en que tal y como está hoy el mapa electoral, conforme a las últimas encuestas, España camina hacia un Frente Popular ampliado que manejarían los extremistas. La afirmación de que se respetará la tradición y gobernará el partido más votado sería calificada por Ortega y Gasset de «tórpido voluntarismo». Ese principio no se ha respetado en Andalucía y tampoco se respetó en su día en Madrid, en Galicia, en Baleares o en Cantabria. ¿Por qué se habría de respetar en España?

Si el PSOE no recupera la robustez, no será la alternativa real al PP. Como he escrito reiteradas veces, un Frente Popular ampliado se perfila en el horizonte con un Gobierno en el que los socialistas estarán mediatizados por Izquierda Unida y también por ERC y por el BNG si sus escaños resultaran necesarios para formar mayoría. Dejo entre signos de interrogación a UPyD.

Faltan dos años largos para las elecciones generales y las cosas pueden cambiar. Las profecías en política tienen una indeclinable vocación de error. Antes de las generales se celebrarán elecciones europeas, autonómicas y municipales que encenderán, tal vez, los faros de la alarma, anticipando una España gobernada por el Frente Popular. La fractura y la distorsión planeará sobre el futuro de la nación y nadie sabe, si el PSOE no recupera la robustez, quién pasará las hojas, tantas veces ensangrentadas, de la Historia de España. Ni cómo.

Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española.