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De la Pantoja a Oriol Pujol

A MÍ me hubiera dado igual que en vez de condenar a 24 meses de cárcel a Isabel Pantoja la hubieran condenado a 24 meses y un día, línea sutilísima que implica entrar o no entrar en la cárcel. Lo que no me da igual es que el juez correspondiente convierta un juicio en un espectáculo de escarnio populachero que parece expresamente diseñado para la telebasura. En otra vista o juicio reciente, a la estrella de la copla le arrancaron hasta la hombrera del vestido y no se quedó como Olvido Hormigos de milagro. Lo de ayer fue mucho peor, porque el juez, en lo que supongo error de juicio y no concesión al espectáculo, hizo leer en público la sentencia, retransmitida en directo por casi todas las cadenas de televisión. Desconozco qué le impidió entregarla a las partes como se suele hacer, aunque a veces se da a la prensa antes que a las partes. Para eso está el CGPJ.

Ese género de la lectura pública y televisada tendrá base legal pero supone un trato tan distinto para unos ciudadanos que se convierte en agravio. Sólo recuerdo un precedente en la teatralización de un fallo: el de Gómez Bermúdez en la infame sentencia del 11-M, numerito del yulbrinner malagueño que además tergiversó y manipuló a gusto de PSOE y PP las conclusiones de la sentencia misma. Se ve que al juzgador la soledad le gusta con público, como a las divas. Por eso, cuando no recita versiones del fallo, las publica su señora. Pero, tranquilos, para eso está el CGPJ.

Ayer, a la vez que la Pantoja, Oriol Pujol entraba en un juzgado de Barcelona por el caso de las ITV. Y aunque increpado por unos pocos detrás de una pancarta, la Policía mantenía la distancia de seguridad exigible entre el imputado y la plebe. ¿Por qué en Cataluña hay cautela policial, cuando no bochornosas atenciones de jueces y fiscales en favor de los presuntos de la dinastía pujoliana, mientras Andalucía se convierte en medieval plaza de ahorcamientos y quema de brujas? Cuando Urdangarín declara, el juez y la Policía se cuidan de que nadie lo toque, y me parece muy bien. Pero a la Pantoja un día le arrancan el vestido y otro le tiran del pelo y acaba desmayada. ¿Por qué esta diferencia de trato entre Lola Flores y Pujol, entre la Pantoja y la Infanta? Me temo que porque para eso está el CGPJ.

>Vea el videoblog de Carlos Cuesta.Hoy: Otro atentado de los enemigos de la libertad.