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  • Manuel Jabois

Prohibido en catalán

EL DIPUTADO Tardà se subió ayer a la tribuna del Congreso, y como no se le entendía, fue expulsado. ¿Y qué más da que no se le entendiese? ¡Ni que fuera Ortega y Gasset! Si uno repasa las intervenciones en castellano de Tardà en el Congreso se preguntará con asombro por qué no se le dejó hablar en catalán. Una de las razones de la mágica supervivencia de Fraga en el poder gallego se le atribuyó al lenguaje: Fraga hablaba fragués, un poderosísimo idioma ancestral de fonética desproporcionada que sólo las ancianas navajas creían descifrar. Esa obnubilación del pueblo respecto a Fraga le procuró cierta longevidad artística. También le dura a Aznar el matrimonio gracias al uso indiscriminado del catalán en casa. A estos políticos de ahora, sin embargo, se les entiende todo lo que dicen, y para uno al que muchos no le estábamos entendiendo van y lo echan. ¿A dónde habría que mandar a los otros? El Reglamento del Congreso está lleno decomplejidades.Ayerel presidente de la Cámara, el señor Posada, pidió que le acercasen un librillo para advertirle de algo al señor Tardà. Echó media hora buscando páginas y necesitó cuatro asistentes. ¿Qué era? Que a la tercera advertencia el señor Tardà se tenía que ir. ¡Un librillo! ¡Casi hubo que avisar a Pericles! Un día antes hubo sesión en el Parlamento de Galicia y yo lo entendí todo: no me quedé mejor que escuchando a Tardà, y eso que Beiras, en traducción para sordos, se echó a llorar. Pues al señor Tardà lo echaron porque el catalán está prohibido en el Congreso. Sólo le dio tiempo a decir «feixiste», que debe de ser «hola» por las veces que se lo escucho. ¿Qué pasaría si Tejero entrase hoy gritando en catalán? Que no se iría al suelo nadie, si bien en el tiempo que tarda el señor Posada en buscar el artículo de las tres advertencias puede quedar el techo bonito.