DAVID CAMERON Primer ministro británico

«La ayuda social debe ser sensata»

PAUL ROGERS / THE TIMES

Si hoy es viernes, esto es Witney. David Cameron sale religiosamente de Downing Street y acude a la cita puntual con su distrito electoral en la campiña inglesa, a tiro de piedra de Oxford. El premier despacha con un médico, un profesor, un experto local de impuestos… y cinco periodistas europeos que se convierten en la atracción insospechada del pueblo de 22.000 almas.

Acudimos al encuentro con la excusa de su primer viaje oficial a España, su destino favorito en cuanto llega el buen tiempo. Cameron emprende hoy una gira europea que le llevará también a Francia y Alemania, con la idea de unificar posturas en políticas sociales, avanzar en su particular visión de la «reforma» de la UE y mentalizar a sus socios de la inevitabilidad del referéndum con una muestra de pragmatismo británico: «Los políticos no podemos esconder los problemas debajo de la alfombra».

Pregunta.- España es su lugar predilecto de vacaciones, pero ha tardado tres años en realizar su primer viaje oficial. ¿Ha llegado la hora de reforzar las relaciones?

Respuesta.- Es cierto que siempre estoy de vacaciones en España. Bueno, no siempre… (risas). Estuve el año pasado en Mallorca y a mi mujer la llevé por su cumpleaños a Granada. Esta vez me veré con Mariano [Rajoy] un año después de nuestro encuentro en Londres. Hablaremos de nuestras relaciones bilaterales y nuestros intereses comerciales en el contexto europeo. De Madrid iré a París, a entrevistarme con el presidente Hollande, y después al encuentro con la canciller Merkel. Hablaremos de cómo arreglar Europa.

P.- Gibraltar volverá a estar obviamente sobre la mesa ¿Ha habido algún avance desde el encuentro de hace un año, en el que ambos admitieron sus discrepancias?

R.- Lo que llevamos diciendo desde entonces es que no deberíamos permitir que Gibraltar interfiera en las buenas relaciones bilaterales entre Gran Bretaña y España. Pero permítame que sea absolutamente claro en este punto: no habrá cambios en el estatus de Gibraltar sin el pleno consentimiento de los gibraltareños. Es a ellos a los que tenemos que escuchar, y han sido muy claros sobre el tipo de futuro que quieren.

P.- Rajoy ha expresado más de una vez su admiración por su política económica. ¿Hay alguna receta que le podría prestar?

R.- Todos nos estamos recuperando de las excesivas deudas y de los excesivos booms que tuvimos en el pasado. Está siendo doloroso. Pero no puedo vaticinar lo que ocurrirá en el futuro… Pienso que todos tenemos que hacer frente a nuestros déficits fiscales. Nosotros hemos recortado en un tercio el nuestro en los últimos tres años. Claramente, tenemos mucho más que hacer. Es un trabajo duro, y es algo a lo que tienen que hacer frente varios países europeos. Cada uno debe encontrar su camino. Obviamente hay diferencias, sobre todo si se está dentro de la Eurozona o fuera de la Eurozona.

P.- Usted ha prometido convocar un referéndum de sí o no a la UE. ¿Le preocupa poder pasar a la Historia como el primer ministro que sacó a Gran Bretaña de la UE?

R.- Serán otros quienes escriban la Historia… Pero lo más importante aquí es dar a los británicos lo que se merecen, que es la oportunidad de pronunciarse sobre si quieren seguir siendo parte de una UE reformada. Yo pienso que los británicos se mueven entre dos aguas… Por un lado está la necesidad de cambio en Europa, que es absolutamente necesaria cuando se tiene en cuenta nuestra posición competitiva frente al resto del mundo. Luego están también los cambios masivos que han ocurrido dentro de Europa, no sólo por la introducción de la moneda única. Creo que es la decisión adecuada: dar a los británicos la ocasión de votar sobre algo que tantas veces les han prometido y les han negado.

P.- En su discurso, usted dijo que desea «con el corazón y con el alma» seguir dentro de la UE, pero también se comprometió a acatar el resultado. ¿Es consciente de que «el corazón y el alma» de gran parte de su país y de su propio partido laten a favor de la salida de la UE?

R.- No pienso que sea así. Yo creo que el mejor resultado para Gran Bretaña será la pertenencia a una UE reformada. Estos eran de alguna manera los dos temas principales de mi discurso sobre la UE: primero la necesidad de una reforma, y después la necesidad de un consentimiento sobre la pertenencia británica… Si los políticos quieren hacer su trabajo de la manera adecuada, tienen que reconocer los hechos y no intentar barrerlos o esconderlos bajo la alfombra. Y el hecho aquí es que los políticos han prometido año tras año la celebración de referendos que no se hicieron cuando hubo oportunidad. Eso ha dañado el consenso sobre nuestra pertenencia a la UE: es un hecho y tenemos que reconocerlo. Y lo mejor que se puede hacer cuando tienes un problema es afrontarlo e intentar resoverlo. Hay gente que me acusa de «crear incertidumbre». Pero la mayor incertidumbre sería tener el problema y desear que no existiera. Es mejor tener un plan para hacer los cambios y dar por zanjado el asunto. Yo tengo un plan.

P.- Hay quienes sostienen que el único interés europeo de Gran Bretaña es económico…

R.- Decir que sólo estamos interesados en un mercado único es un error. ¿Quién ha liderado en Europa la decisión del embargo a Irán? Gran Bretaña y sus aliados. ¿Quién está encabezando el apoyo a la oposición en Siria para seguir aislando a Asad? Gran Bretaña. Somos unos de los mayores poderes europeos. Ahora bien, ¿creo que la UE se ha excedido a veces con sus interferencias? Así ha sido. Y necesitamos cambiarlo.

P.- Otra de las críticas a su discurso ha sido el del «excepcionalismo» británico y su deseo de poder elegir una Unión a la carta…

R.- Tampoco estoy de acuerdo con estas críticas. Lo que propuse en mi discurso fueron una serie de cambios de los que toda Europa se puede beneficiar. Estoy hablando de una Europa más competitiva, abierta y flexible para todos los países. Tampoco estoy proponiendo elegir a la carta; me parece que se equivocan quienes aseguran que no podemos tener una Europa flexible. Ya tenemos una Europa flexible: no somos los únicos que estamos fuera de la moneda única. Suecia, Polonia y otros países también están fuera. Durante años, Francia no era miembro de la OTAN. Gran Bretaña no es miembro del espacio Schengen. Ya tenemos, pues, una Europa flexible, con gente diferente, con distintos países, con miembros en diferentes partes de la organización. Y conforme la UE se expande, como espero que así sea, Gran Bretaña será muy positiva con la extensión a nuevos países del sur y del este.

P.- Francia y Alemania ven la «revisión del equilibrio de competencias» de Gran Bretaña como un asunto interno más que una propuesta abierta al resto de la UE.

R.- En cierto sentido es un asunto interno de Gran Bretaña. Fue una iniciativa británica, anunciada por un primer ministro británico y en el Parlamento británico. Si alguien quiere contribuir, bienvenido.

P.- ¿Buscará el apoyo de España a su visión de la Unión Europea?

R.- Sí. Somos países diferentes y con diferentes perspectivas, pero hay puntos en común. Y creo también que hay países que han sentido demasiada interferencia en los asuntos de sus Estados. Es una queja común en la mesa de negociaciones.

P.- ¿Estaría en cualquier caso dispuesto plantar batalla en solitario?

R.- Lo que quiero conseguir es una reforma de la UE. En un mundo globalizado, donde tenemos que competir con China, India o Malasia, necesitamos una Europa más abierta, que despierte a este mundo moderno de la flexibilidad.

P.- ¿Podría enumerar los poderes que Gran Bretaña quiere recuperar?

R.- No quiero hacer una lista de la compra. Creo que debería haber un debate sobre los poderes que podrían fluctuar de los Estados a una UE más flexible. Pienso, eso sí, que hay algunas reformas que debemos hacer, y algunas han empezado ya en los últimos meses, como la creación de una comisión para la desregulación que eliminará costes a las empresas. Hemos llegado a un acuerdo para el presupuesto y ha sido un éxito: por primera vez en la historia de Europa vamos a una reducción del presupuesto. Y eso es un progreso real, porque vamos a tener que hacer más con menos.

P.- En algunos países se han acogido con preocupación sus propuestas sobre los recortes sociales…

R.- Creo que ha llegado el momento de pararse a pensar cómo funcionan las ayudas sociales e intentar conciliarlas con el sentido común. Bajo las reglas de la UE, la gente es libre de elegir dónde quiere trabajar y vivir, y me parece que está bien. Muchos británicos ejercen el derecho a vivir en España, Portugal, Francia, Italia o Chipre, y la gente tiene el derecho a vivir y trabajar aquí. Pero esto nos lleva a una cuestión distinta: ¿Tenemos realmente un sistema de Estado del bienestar que funciona para el país? ¿O es un sistema que se ha convertido en uno de los factores que arrastra a la gente hasta aquí? Creo que es una pregunta perfectamente legítima.

P.- ¿Cree que la inmigración y las políticas sociales se convertirán en debate candente dentro de la UE?

R.- Sí, pienso que la los gobiernos europeos deberían sentarse a debatir estos temas. Por ejemplo ¿Cómo funciona un test de residencia? ¿Cómo se aplican las ayudas sociales a los inmigantes? El criterio debería ser la sensatez y el sentido común, y creo que veremos cambios en este área. Las reglas sobre las ayudas sociales, del desempleo a la vivienda, deben aplicarse por igual a todos.

La entrevista fue hecha con I. Kadluczka (Gazeta Wyborcza); M. Roche (Le Monde); L. Maisano (Il Sole 24 Ore); S. Kornelius (Süddeutsche Zeitung).