El ex alcalde de Lloret cobraba 30.000 euros al trimestre de la mafia rusa

Xavier Crespo, ayer, en su escaño del Parlament. / A. MORENO

El levantamiento del secreto de sumario de la causa que ha llevado a la imputación del diputado de CiU y ex alcalde de Lloret de Mar (Gerona) Xavier Crespo evidencia que habría cobrado al menos dos pagos de 30.000 euros en entregas en metálico y trimestrales de la mafia rusa a cambio de facilitar y acelerar obras municipales.

La Guardia Civil entiende que la «penetración política» de la mafia rusa en el Ayuntamiento de Lloret cuando era alcalde Crespo, hombre de confianza de Felip Puig, alcanzó el «más alto nivel», y así lo recoge en un informe de enero de este año remitido a la Audiencia Nacional, que ha servido para sustentar la imputación del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) por un presunto delito de cohecho.

Según el informe policial, la organización criminal -cuyo rostro visible en Cataluña sería Andrei Petrov- «habría supuestamente realizado una serie de pagos y de regalos, todo ello en contraprestación por la supuesta ayuda ofrecida a cambio desde el Ayuntamiento». De hecho, la investigación también desvela que la imputada María Pilar Gimeno, «soporte clave en los negocios de Petrov», logró mediante sus contactos en el Consistorio un trato de favor para el empresario. Éste también recurrió al pago de favores a través del patrocinio de equipos deportivos del municipio, como el club de fútbol, presidido por el entonces concejal de urbanismo y también imputado Josep Valls, y el club de hockey, del que era vicepresidenta la mujer de Crespo, Guadalupe Oliva.

Según las investigaciones, la esposa del todavía diputado de CiU también debía beneficiarse de un cargo como responsable de salud y sanidad del centro comercial Els Braus, en el que la trama habría logrado una alta participación.

Los pagos de la mafia a Crespo quedan establecidos en la investigación gracias a los seguimientos y escuchas telefónicas realizadas al ex alcalde y sus colaboradores, así como a empleados de Petrov, los cuales dibujan una red de pagos convertido prácticamente en rutina.

Así, en una llamada el 30 de septiembre de 2011 entre Jessica Holguin -secretaria de Petrov y también imputada- y el intermediario de otro inversor ruso con intereses en Lloret, éste pregunta «sobre unos sobres que le pasaban al anterior alcalde», por si con el nuevo equipo municipal, encabezado por Romà Codina, se pudiera repetir.

A partir de ahí, Holguin describe el sistema, señalando que «le pasaban sobres y él [Xavier Crespo] les ayudaba». Según especifica, el ex alcalde recibía «30.000 euros cada trimestre». Según el informe de los investigadores, el último pago se realizó en junio de 2011.

En otra conversación el 3 de octubre, Holguin continúa explicando al mediador la dinámica con la que Petrov, a través de la empresa Development Diagnostic Company (DDC), había logrado los favores de Crespo. Según consta en el informe, además de los 30.000 euros trimestrales, «le regalaron un reloj de buena marca» y «un bolígrafo de oro». Añade también que «el dinero se lo daban en negro, en metálico y que un señor iba a su despacho a recogerlo». Holguin culmina la conversación advirtiendo a su interlocutor, identificado como Gonzalo, de que «hay que ir con mucho cuidado, con mucho tacto, y que ese dinero no va a aparecer en ningún lado y que está prácticamente perdido».

El contenido de las transcripciones contrasta con la declaración judicial que el mismo Petrov realizó en la Audiencia Nacional, donde admitió los pagos cada cuatro meses, pero que, según dijo, iban destinados a la esponsorización de los clubes locales.

Entre otras dádivas que ilustrarían la cadena de regalos y favores se menciona una cena en el conocido restaurante Botafumeiro de Barcelona, a la que acudieron invitados por Petrov el 29 de junio de 2010 tanto Xavier Crespo como Josep Valls. Según el informe, la cita estaba prevista inicialmente en un local de Lloret de Mar. Sin embargo, los investigadores creen que decidieron cambiar «a última hora» el escenario de la reunión para «que no les relacionaran».