Una mujer se prende fuego en una sucursal bancaria en Almassora, en Castellón, gritando: «Me lo habéis quitado todo». Una anciana de 85 años hubiera sido desalojada de su casa en La Coruña si Stop Desahucios no lo hubiera impedido con la solidaridad de los bomberos que no quisieron echar la puerta abajo. Un centenar de personas se atrincheran en la sede de Bankia de Puertollano para gritar contra la estafa de las preferentes, vendidas mayoritariamente a pensionistas que ahora están desesperados. Intermón Oxfam, Amnistía Internacional y Greenpace entregan un escritoen el Congreso en el que advierten de que el impacto de la crisis se está cebando con las clases medias y las personas más vulnerables, mientras que las empresas del IBEX tienen cuentas en paraísos fiscales que les libran de pagar impuestos. El grupo turístico Orizonia anuncia el cierre. Casi 4.000 trabajadores irán al paro. La ex miembro del Consejo de Administración de la CAM Raquel Páez declara en la comisión de investigación de las Cortes valencianas que los vocales de a pie se enteraban «de la misa la media o menos» de lo que sucedía en la caja. Lo que sucedía es que, mientras se producía la quiebra, el presidente percibió en dietas 640.000 euros en dos años. Él mismo declaró al juez que no tenía funciones ejecutivas y se adjudicó una renta vitalicia millonaria. Crespo disfruta de su libertad y su dinero, sin medidas cautelares. Puede viajar a Canadá, como Luis Bárcenas, a esquiar o a gastarse el dinero de las dietas. Un empresario de Gijón intenta suicidarse porque no le pagan una deuda y necesita el dinero.
Éste es el verdadero estado de la Nación. Miles de personas desesperadas, empobrecidas y sin horizonte, mientras la corrupción y los millonarios de Suiza les hacen una peineta todas las mañanas. El ex tesorero del PP no hizo nada más ni nada menos que lo que hacen simbólicamente muchos otros. Una peineta a todos los que no son poderosos ni están a su gran altura delictiva.
El estado de la Nación es explosivo porque la pobreza galopante combinada con la corrupción política ha conducido al sistema al borde del abismo y a los partidos a su cota más alta de desprestigio. Aunque es improbable, sería muy esperanzador que el Debate sobre el estado de la Nación sirviera para debatir el verdadero estado de la Nación y no para que se saquen la piel a tiras los unos a los otros.
Mal haría el presidente del Gobierno en trazar sólo un panorama semioptimista con la disminución del déficit y otros brotes semiverdes de datos macroeconómicos sin detenerse en la desesperación de tantos miles de españoles. A ellos es a los que tiene que dar respuesta -y sí, también sobre Bárcenas- Mariano Rajoy. Lo que le diga Rubalcaba viene a ser lo de menos.
Porque los actores de la gala de los Goya, vapuleados por los de siempre, fueron bastante comedidos en sus críticas. Una gala de peluqueras, de fontaneros o de autónomos hubiera dicho cosas mucho peores del Gobierno.