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  • Salvador Sostres

El poder por el poder

La regeneración de la política pasa por que personajes tan siniestros como José Zaragoza, ahora presuntamente implicado en un caso de escuchas ilegales, dejen de tener cualquier incidencia y protagonismo en la vida pública.

José Zaragoza ha vivido siempre de la política, explotando sus imperfecciones y sus grietas para medrar y conseguir poder con el único propósito de mantenerse en él y urdir su trama de favores y temores, de mediocridad y de intriga, sin ningún deseo de mundo mejor y manoseando la ilusión de centenares de miles de personas de buena fe para hacer cada vez más daño con la terrible maquinaria del aparato.

Mientras personajes como Zaragoza -que no ha trabajado en su vida, que no ha pagado una nómina ni sabe lo que es bajarse del coche oficial- lo tengan tan fácil para trepar en los partidos, no tendremos una democracia sana ni limpia.

Su gran fiasco como estratega fue con . Zaragoza le dijo a que él se encargaba de domar al diario del conde de Godó. , el director del diario, le hizo creer que de repente se habían hecho amigos, y Zaragoza, entre su primario instinto de poder y que conoció el lujo haciendo encuestas, se dejó seducir por uno que es más listo que él y que tiene un instinto de poder todavía más afilado. La farsa que desplegó Antich fue convincente: los matrimonios cenaban juntos cada viernes y pasaban juntos parte de las vacaciones, en la casa que los Antich poseen en La Seo de Urgel.

El tripartito, sin llegar al extremo de CiU, subvencionó de todos los modos posibles a , de modo directo e indirecto, con toda clase de encartes y de publicidad institucional. El resultado fue que, llegado el momento, Antich se aseguró cobrar de Mas un importe muy superior a lo que el tripartito le ofrecía, dejó de lado al pobre Zaragoza y empezó a practicar la más bochornosa propaganda a favor de un partido (CiU) que se recuerda en la Europa civilizada.

Hay una izquierda, la más mezquina y la más brutal, la más zafia, que tiene este letal instinto de poder por el poder, sin ninguna idea que vaya más allá de dar rienda suelta a su resentimiento social y controlar la vida de los demás. Ahora aparece como quien supuestamente encargó espiar a una amante del primogénito de Pujol , pero su trayectoria en el lado marrón es extensa y de una sordidez extrema. Ha perseguido a periodistas, amenazándoles y privándoles de trabajar en los medios públicos que el PSC controlaba y en los privados a los que subvencionaba. Su gusto por la discrepancia es de república soviética. Sus modos son de taco y navaja. Por todo ello, David Madí , mano derecha de Artur Mas hasta que éste llegó a presidente, definió a Zaragoza y a su tropa como «los quinquis del Baix Llobregat». La Vanguardia Montilla José Antich La Vanguardia La Vanguardia Aunque con su vergonzosa demagogia Zaragoza logró que el PSC obtuviera momentáneamente algunos buenos resultados, dejó el partido destrozado y, por primera vez en la historia de Cataluña desde la recuperación de la democracia, los socialistas, con 20 diputados sobre 135, no son ni la segunda fuerza en el Parlamento de Cataluña. Su presencia en la política es un símbolo de lo que la denigra y la vuelve cínica. El único interés que ha servido es el de mantenerse en el poder para vivir de nuestros dineros, porque sabe que acabaría en la indigencia si algún día dependiera exclusivamente de sus medios para ganarse la vida.