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  • Manuel Jabois

¡A la regeneración!

Leo con gravedad el editorial del periódico de buena mañana, en el extranjero: A vueltas con la regeneración, mientras pienso «con que ésas tenemos». No hay como observar la vida española desde fuera, como sabía Camba y como quieren saber los catalanes. Ahora que estábamos en lo mejor, a alguien se le ocurre regenerarnos. La regeneración política es el federalismo del PSOE cuando los nacionalistas le dan a la campana. Escuchan el tañido y salen corriendo de la cama como si les fuesen a robar el cuerpo del apóstol: «¡A los federalismos!». Y regeneración digo yo ¿por qué? Si precisamente ahora todo está funcionando con un poco de dignidad. Se destapó la semana pasada el escándalo de Barcenas y ayer ya estaba declarando, incluso escribiendo cinco folios, que espérate que nos los presente al Planeta. Tenemos a la Udef en los titulares, cuando hace medio año no sabíamos lo que era y en casa de los Pujol aún están dándole vueltas. Y cada día nos desayunamos con algún disparate novedoso cuya tragedia no es que lo sepamos, sino que se haya producido. Bárcenas no es el malo de 2013: fue el malo hasta 2013; los cumpleaños de los Mato no fueron ahora, sino hace tiempo; el tinglado fiscal de los Pujol estalla porque lleva alimentándose lustros; Nóos es de hace casi una década. A mí me da más miedo España sin escándalos que con ellos, porque quiere decir que no nos estamos enterando de nada y eso es un error; si la historia nos ha enseñado algo, es que siempre hay alguien metiendo la mano en la caja. A los bárcenas de hoy les sucederán los de mañana, que habrán de andarse con más cuidado, como hubo Veras y Barrionuevos, y desde entones no es fácil que un ministro secuestre a sus ciudadanos. No digo yo que no haya que indignarse, pero tampoco irnos a una regeneración que, todo sea dicho, no tengo ni idea de lo que significa.