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  • Victor de la Serna

Dos famosas portadas y el periodismo

Pocas veces coinciden en el tiempo dos portadas de periódicos que susciten tantos comentarios, tanta polémica: la de Marca con los capitanes del Real Madrid y la de El País con una enorme foto de Hugo Chávez que resultó no ser de él.

Se conocen ampliamente las excusas de El País y la negativa de Marca a aceptar que, como dijo el presidente del Madrid, su portada fuese «una mentira». Sobre los procesos profesionales que llevaron a la publicación de ambas portadas se pueden hacer algunos apuntes más.

El País ha publicado lo que adecuadamente ha llamado «relato» de lo sucedido, no una explicación. Así, no analiza para nada manifestaciones tan curiosas y arduas de entender como ésta de su director, Javier Moreno: «Creíamos tener verificada una fotografía que no habíamos verificado». ¿Cómo pueden, no uno, sino varios adultos en posesión de sus facultades pensar que han hecho lo que no han hecho? También sorprende la razón de haber mantenido en la inopia al colaborador del diario en Caracas: porque temían que el Gobierno venezolano tuviese pinchado su teléfono. «Tengo plena confianza en Ewald [Scharfenberg] pero no en las comunicaciones venezolanas», dice el redactor jefe Guillermo Altares. Y la falta de rastreo en profundidad por internet del famoso vídeo de 2008 del que está extraída la supuesta foto -sólo echa un vistazo en Google, por iniciativa propia, un editor gráfico- es curiosísima. Sobre todo cuando se sabe que minutos después de su publicación su falsedad se trompeteaba por las redes sociales.

Aparte de la serie de errores de comprobación, está el principal reproche, expresado en un programa de televisión por el corresponsal en EEUU, Antonio Caño: la cara de un hombre intubado no tiene interés informativo porque ya se sabe hace tiempo que Chávez ha sido operado varias veces. Y añadimos nosotros: sólo tiene interés por morbo.

Lo del Marca está más en el aire porque no ha terminado la polémica: tras las duras acusaciones de Florentino Pérez, respondía con otra vistosa portada: Marca no miente. Y los datos que, sin revelar sus fuentes, ofrecían sus redactores permitían colegir que, en efecto, Casillas y Ramos se quejaron de Mourinho, lo que sabiendo los roces de este año tampoco sorprenderá. Pero ilustrarlo con lo que parecen unos mensajes de whatsapp no es lo más convincente, como no lo es el recurso de inventarse una cita literal («Presi, en junio o Mourinho o nosotros») que daba pie al desmentido de Pérez. Las citas no son un recurso: o se han oído literalmente, o no se inventan.