Kathryn Bigelow Directora de 'La noche más oscura'

«No es una defensa de la tortura»

Fotograma de los cuerpos de elite en 'La noche más oscura'. / EL MUNDO

La cineasta Kathryn Bigelow y su guionista Mark Boal estaban juntos en Los Ángeles cuando recibieron la noticia de la muerte de Bin Laden. «Fue un momento muy emotivo para ambos. Pero enseguida nos dimos cuenta de que aquello nos obligaría a cambiar nuestra película», explica a EL MUNDO en un hotel neoyorquino la propia Bigelow, que por entonces llevaba cinco años trabajando en un filme sobre la caza infructuosa del líder de Al Qaeda.

A Bigelow le molesta el debate político en torno a la película y no cree que su argumento sea una apología de la tortura en la lucha contra el terrorismo. «Nuestra intención era sumergir a la audiencia en ese paisaje y no iniciar un debate sobre políticas concretas», dice la cineasta.

Es un punto de vista que comparte el guionista Boal, al que le parece inevitable que al filme se le hayan puesto etiquetas políticas. «Antes incluso de rodar lo presentaron como un anuncio publicitario de la campaña de Obama y aquello me parecía ridículo. Ahora resulta que es una película a favor de la tortura y me parece ridículo también», explica Boal, que se mudó a Washington tras la muerte de Bin Laden y se entrevistó con decenas de agentes en la capital y en varios países musulmanes.

«Nuestra intención siempre fue ser fieles a esa investigación», dice Bigelow. «Pero siempre hemos sido conscientes de que esa guerra todavía continúa. Nuestros protagonistas son personajes de ficción pero reflejan el trabajo de agentes que siguen sobre el terreno. Era importante para mí ser muy cuidadosa con el material que manejábamos y proteger la identidad de esas personas. Pero la película no es un documental. Comprime los sucesos de una década en apenas dos horas de metraje».

Y sin embargo muchos se quejan de que el filme deja la impresión de que la tortura fue el precio moral para llegar a Bin Laden. Boal asegura que el filme no deja claro que los malos tratos fueran decisivos: «La película muestra al tipo al que someten a un ahogamiento simulado pero entonces hay un ataque y no dice nada. Luego muestra al mismo detenido transmitiendo una información relevante mientras almuerza con los agentes. Y al final vemos a la protagonista volviendo a la investigación con otra información que se ha obtenido de detenidos sin torturas».

Boal y Bigelow aseguran que su guión se basa en los testimonios de los agentes que participaron en la operación. «Hicimos la película sin ninguna agenda política», dice la cineasta, que aspira a ganar su segundo Oscar después de En tierra hostil. «La historia que queríamos contar era la de los miembros de los servicios de inteligencia que participaron en esta búsqueda. Ellos son los héroes de esta historia».