DE LA AMISTAD Y SUS RITUALES

VIERNES. Cena de Reyes por adelantado. No sé en qué momento esta cena se convertirá en una tradición, pero ya es una bonita costumbre. Raúl se pasa la tarde en la cocina, dándole el punto al cordero. Cuando nos sentamos a la mesa, coge un plato y se sirve. Pendientes del veredicto, todos guardamos silencio. No puede empezar la cena sin que el anfitrión entone la fórmula litúrgica de aceptación del cordero. Ya llevamos unas cuantas Navidades y unos cuantos corderos, pero Raúl nunca se muestra conforme con el resultado. Este año le echa la culpa al tendero por haberle endosado a Natalia un cordero que no es completamente lechal. Tonterías. Para mí, el asado de los Del Pozo es el más rico del mundo, y así se lo hago saber. No dejo ni los ajos. Entiendo que la disconformidad de Raúl forma parte del ritual. El día que el cordero sea de su agrado, ya no valdrá la pena continuar con la cena. En torno a la mesa, junto al anfitrión, Pilar Goya y su marido, que un día fue mi ministro favorito, un tipo flaco, esencial y cariñoso (sí, he dicho cariñoso) al que llaman simplemente Rubalcaba; Natalia Ferracioli, Antonio Casado y quien suscribe. A los postres damos cuenta del panettone (la cena tampoco existiría sin el panettone de Natalia) y el cava. Rubalcaba saca el puro y yo el paquete de cigarrillos. Fuera hace un frío de cojón de mico.

SÁBADO.Jordi González entrevista en Telecinco a Josep Pedrerol, el alma de Punto Pelota, que hace unos días se rebotó en directo con los becarios y ahora las redes sociales quieren llevarlo a la hoguera. Nada que no haya ocurrido antes: los twitteros siempre tienen la leña a punto. Pedrerol se justifica y por enésima vez pide perdón. No lo conozco de nada, pero le creo. Dice que él no tiene dos caras (una delante de las cámaras y otra detrás) y por eso le pasa lo que le pasa. Luego coge los cuernos del toro que le ha caído en suerte y va más allá: «Recibo todos los días miles de currículos, pero en los tres años que llevo al frente del programa, sólo dos personas han llamado a la puerta de mi despacho para pedirme trabajo», apunta. Según Pedrerol, Punto Pelota es el Sálvame del deporte. Está bien visto. Corazón y deporte servidos en formato espectáculo. Yo veo Punto Pelota. No entiendo gran cosa de fútbol, pero lo veo. La gracia del programa estriba en que todas las noches se reproduce en el plató un Madrid-Barça. El enfrentamiento es lo que funciona. Sin Carmen Barceló ni Siro López, Punto Pelota se desvanecería. Sobre todo sin Barceló. Es una bomba de tía.

LUNES. Nochevieja. Antonio pela las uvas, les quita delicadamente las pepitas y mano a mano nos disponemos a celebrar el rito de las campanadas. Por primera vez en mi larga vida he sido capaz de terminarme todas las uvas sin atragantarme.

JUEVES. Desciende el paro, pillo una gripe que me dobla, Isabel Preysler cumple sus bodas de plata con Boyer, Putin le ofrece a Depardieu la nacionalidad rusa y Lara Álvarez, la ex de Sergio Ramos, se pasa a Ángel Martín. Pero la noticia principal es que «ella» ha vuelto de sus vacaciones en Cali. La veo en fotos, comiendo arepas y disfrutando de un verano utópico y desbordante de mangos. Ella es Jordana, mi nieta colombiana, la niña que me eleva de vez en cuando al parnaso de la literatura.