Un samaritano a pedales

Este estadounidense afincado en Lisboa está decidido a acabar con el hambre en su ciudad repartiendo en bicicleta las sobras de los restaurantes

Hunter Halder, fundador de Re-food. / EL MUNDO

Los vecinos de Nossa Senhora de Fátima, en el centro de Lisboa, ya se han acostumbrado a ver a Hunter Halder paseando con su bicicleta. Lo hace de restaurante en restaurante, en busca de sobras. Sólo en su barrio ya consigue comidas para unas 300 personas al día y su objetivo es transformar Lisboa en la primera capital sin hambre ni desperdicio alimentario en 2014. Y está convencido de que es posible.

Quién le iba a decir a Hunter Halder, este estadounidense nacido hace 61 años en el estado de Virginia, que acabaría convirtiéndose en el fundador de Re-Food, una organización sin ánimo de lucro cuyo lema es «Aprovechar para alimentar».

Llegó a Portugal por casualidad en el año 1988, porque un amigo le regaló una peregrinación a Fátima. Con un gran sentido del humor, recuerda que en el avión era el único hombre, «rodeado de señoras de pelo canoso».

Hoy es él quien luce con orgullo las canas debajo de su inseparable sombrero. Y con una sonrisa pícara casi imborrable de su rostro relata que se enamoró de Portugal nada más llegar al país… y de la guía turística, con la que tuvo un hijo. «El hijo lo conservo, aunque no la mujer», dice irónico. Pero eso no fue un impedimento para fijar su residencia definitiva en Portugal, donde volvió a casarse y ha tenido otras dos hijas.

A una de ellas le debe Hadler su idea de crear Re-food. Una noche, mientras cenaba en un restaurante, su hija se indignó al saber que las ensaladas que no se comían terminaban en la basura. Hadler no culpó a los dueños del desperdicio alimentario porque pensaba que «no tenían alternativa». Y, de repente, cuando pronunció la palabra «alternativa», una luz se encendió dentro de su cabeza y se propuso encontrarla.

Hacía tiempo que llevaba dándole vueltas a la idea de iniciar un proyecto humanitario. En concreto, desde 2009, cuando su negocio se fue a pique por culpa de la crisis. Llevaba más de 15 años trabajando en la formación de empresas, pero debido a las dificultades económicas no conseguía nuevos contratos. Justo en ese momento se puso manos a la obra con Re-food, que nació el 18 de julio de 2011.

Hadler empezó sus repartos en solitario, con su bicicleta y sus ganas de ayudar. Pero en un mes logró que se volcaran en ellos 30 restaurantes y 30 voluntarios. Hoy son más de 200 y en los seis primeros meses de 2013 esperan «recuperar» 75.000 comidas que de otra manera irían a parar a la basura. «La comida está ahí, sólo hace falta una bicicleta para ir a buscarla».

Con esa determinación, Halder organiza cada día los repartos. Ahora va a abrir la primera franquicia en otro barrio de Lisboa. «Puede que un día Re-food sea más famoso que el McDonalds», dice. Y se ríe de la crisis contra la que él lucha cada día pedaleando.