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  • Manuel Jabois

Todo irá a peor

Los periodistas -los antiguos, los del papel- escribimos siempre un día por delante: nuestro hoy es mañana y así sucesivamente; los gobernantes, desde hace un tiempo, hablan directamente del año que seguirá a éste: de la crisis se empezará a salir siempre dentro de 365 días, como el yonqui que se dejó de meter hace seis meses, sea el año que te lo encuentres. Esa estrategia ha acabado por desanimar a la población, que tiende a recogerse en el apocalipsis aún cuando algunos tienen trabajo y pan. «Qué tal», escuché el otro día en la calle. «Mal, muy mal. Ya ves cómo está todo. Así no me ascienden ni a tiros». Sabemos por EL MUNDO que apenas el 12% cree que en 2013 le irá mejor económicamente. El porcentaje no es tan dramático si tenemos en cuenta que los verdaderamente ricos, y los ricos precarios, son los mayores derrotistas del país, y siempre están pensando en los 10 duros que pierden en transacciones millonarias. O sea que en ese 12% no hay, con toda seguridad, ningún potentado, de la misma manera que nunca verá usted al sapientín de la clase saliendo contento de un examen. Se ha instalado un pesimismo muy cansado que además tiene gran prestigio ideológico. Uno no puede decir que confía en que las cosas vayan a ir mejor sin que le tiren a la cara los desahuciados, pongo por caso, o le hagan ver lo indecente de la afirmación, como si estuviese saboteando el frente de todo irá a peor. «Pues yo quiero que a Rajoy le funcione lo que está haciendo, sea lo que sea», se me ocurrió decir el otro día. «¡Pero si se lo estás criticando todo!». «Hombre, yo leo las páginas económicas con el Collins al lado». Me cayó tal bronca que hubo uno a la media hora que decía no sé qué de Líster, así que pedí perdón y musité: «A ver si nos morimos todos muy rápido de hambre, que quiero joder a esos fascistas».