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  • Federico Jimenez Losantos

Otra huelga ilegal

EL MARCO legal que garantiza el derecho a la huelga y establece sus limitaciones, para que el ejercicio de ese derecho no vulnere otros derechos de igual o mayor importancia, es un decreto de 1977, obviamente preconstitucional. Treinta y cinco años sin agallas legisladoras nos contemplan. El mandato de la Constitución para que se desarrolle una ley de huelga fue desoído por todos los gobiernos de la democracia. Y Rajoy, cuyo primer año en el Poder está siendo de lo peorcito en estos siete quinquenios democráticos, ya ha dicho que él tampoco piensa cumplir ese mandato constitucional. Bien es verdad que hay partes de España, donde impera el nacionalismo, que hace 35 que no tienen libertad, o sea, que siguen sin ella.

Entre esas umbrías donde no penetra la luz de la libertad está la Moncloa, cuyos inquilinos no se sienten libres de cumplir con su obligación cuando ésta les lleva a contrariar a las bandas sindicales. Yo tengo veneración, no ya respeto, por el sindicalismo clásico. Me parece el mejor legado de la izquierda al ámbito de las libertades. Pero nadie que respete los primeros y heroicos sindicatos que pedían mejoras laborales puede respetar este sindicalismo piquetero. Y a los que no tienen el cuajo de combatirlo, menos. Cuajo y agallas son conceptos retóricos rescatados por Rajoy contra Mas, que no tendrá cerebro, para eso están los Pujol, pero sí tuvo agallas para plantarse en La Moncloa y chantajear a Rajoy con tal ferocidad que tardó un mes en denunciarlo. El cojonudismo y el cerebro cojonudo son muy españoles, según Unamuno, pero en la política española actual manda el cerebro reptiliano, cuyo movimiento básico es la huida del peligro. ¿Y hay mayor riesgo que cumplir desde el Poder un mandato moral? O legal. Dice el decreto citado que una huelga es «ilegal cuando se inicie o sostenga por motivos políticos o con cualquier otra finalidad ajena al interés profesional de los trabajadores afectados». ¿Y no es eso lo que padecemos desde hace siete lustros a manos y coces de los «piquetes informativos» sindicales? La de hoy es otra huelga política contra el trabajo y los trabajadores. Natural en una casta de liberados que cobra sin trabajar. Y entre ellos, el presidente, que cobra por no gobernar.

>Vea el videoblog de Carlos Cuesta La escopeta nacional. Hoy: La gran farsa sindical