Chacón: 'Soy rotunda y radicalmente contraria a la independencia de Cataluña'

«CiU cuenta con muchos medios y los usa sin escrúpulos morales y legales en esa feroz y falaz campaña sobre el expolio de Cataluña por España»

«En la Cataluña real la sede de CiU está embargada por indicios de financiación ilegal con dinero procedente del expolio del Palau»

«En la fábula de Artur Mas España se despide tan feliz de Cataluña tras varios cientos de años porque él y Rajoy no se han puesto de acuerdo en dos horas»

«Los ciudadanos decidimos cada vez que votamos. Para cambiar la Constitución hay que volver a votarla todos. No vale decir yo firmé aquel contrato y me desentiendo»

La ex ministra y diputada socialista Carme Chacón, ayer, en los pasillos del Congreso. / GONZALO ARROYO

A menos de cuatro semanas de las trascendentales elecciones catalanas, Carme Chacón (Esplugas, 41 años) lanza un mensaje rotundo sobre España y Cataluña que marcará no solamente al PSC, sino a todo el PSOE. Tras perder el 38º Congreso por sólo 22 votos, abre el telón de su nueva etapa.

Pregunta.- ¿Está usted de acuerdo con el derecho a decidir que ha incluido el PSC en su programa de cara a las elecciones del 25-N?

Respuesta.- Estoy en primer lugar a favor de la convivencia en una España federal. Creo que después de haber rendido un servicio excepcional durante 34 años, nuestra Constitución necesita una puesta al día y una ordenación clara y estable de la organización territorial. Cuando se mira alrededor, el federalismo es el sistema que mejor garantiza la convivencia porque da cauces para que todos los ciudadanos disfruten de los mismos derechos y se respeten y reconozcan las diferencias sin discriminaciones. Y soy, rotundamente, radicalmente, contraria a la independencia de Cataluña. No estoy en la dirección del PSOE ni del PSC, pero me consta que esa es la posición de fondo de los dos: sí a una reforma federal de la Constitución; no a la independencia.

P.- ¿Cree que el PSC debería defender con más claridad la unidad de España frente a la postura independentista de Artur Mas?

R.-Vengo de una conferencia de Pere Navarro que ha sido presentado por Alfredo Pérez Rubalcaba y acabo de escucharle decir literalmente: «Artur Mas dice veladamente sí a la independencia, y nosotros decimos claramente y rotundamente no a la independencia. Sí a Cataluña y el resto de España juntas». Creo que la respuesta es clara y Navarro la repite allá por donde va.

P.- Parece que el PP defiende la unidad de España con un mensaje más claro.

R.- La unidad de España no se defiende sólo plantando cara a Mas. Se defiende también con el respeto y el reconocimiento. Y eso es lo que les ha faltado a Mariano Rajoy y al PP. No se puede invocar la unidad de España para insultar a los catalanes, ni para boicotear los productos catalanes. ¿Alguien se imagina cómo reaccionarían los andaluces si un partido decretara un boicot al aceite de oliva porque sí, porque no le gusta el estatuto de Andalucía? No se puede ofender e inflamar a un pueblo y decir que hay que «españolizarlo» -como si no fuéramos españoles- y acudir al día siguiente con el extintor y cantar las bondades de la «España plural» como acaba de hacer Rajoy.

P.- ¿Cree que se puede frenar ese reto soberanista?

R.- Me quedé pasmada cuando se reunieron Rajoy y Mas y después de dos horas escasas se marcharon diciendo que no estaban de acuerdo. Artur Mas dijo que como le habían negado el sistema de financiación tipo concierto que él reclamaba, se volvía a Cataluña y pasaba a la casilla siguiente, que era el «estado propio», es decir, lo que la gente que no es tramposa llama independencia. Allí le organizaron un recibimiento a la medida, como si fuera un triunfador, y él se fue para casa tan contento y se dispuso a convocar elecciones después de calentar el ambiente para ver si lograba una mayoría absoluta. Por su parte, Rajoy guardó silencio, lanzó a varios de sus colaboradores a proferir unas frases truculentas que empeoraron las cosas y al cabo de un mes reveló que se había sentido amenazado en aquella reunión.

Es verdad que en esos días proliferaron las frases fuera de lugar por parte de todos, también de algún socialista. Pero quienes están al mando son dos presidentes. ¿Es ése el comportamiento de dos personas que respetan a los ciudadanos de Cataluña y de España a los que representan? Cataluña y España pasan por un momento de gravedad extrema. Hay millones de personas que sufren el paro; casi dos millones de hogares donde no entra un sueldo; una de cada cinco familias en situación de necesidad grave; una clase media que se empobrece; uno de cada dos jóvenes en busca desesperada de un futuro; recortes sociales por todos lados... Y todo lo que aportan estos dos dirigentes es más discordia y unas cuantas expresiones bravuconas formuladas desde el púlpito electoral.

P.- Pero usted ¿qué haría para frenar ese reto independentista?

R.- Se puede parar el reto soberanista y la deriva territorial. Hace falta respeto a los ciudadanos y lealtad y grandeza, que es lo que se echa de menos. Y hace falta una fórmula jurídica que está inventada hace cientos de años: el federalismo. El federalismo no es café para todos como alguno señala despectivamente. Es sanidad para todos, educación para todos, pensiones dignas para todos y libertad para que cada cual se organice como quiera, respetando los intereses comunes. El federalismo es garantía de la igualdad de derechos de cada ciudadano viva donde viva y respeto de la diferencia, que no es desigualdad. Es bastante fácil de entender y funciona en Alemania, funciona en EE UU, funciona en Canadá, en los países más diversos y adaptándose a las características y a la historia de esos países. Pero requiere gobernantes responsables decididos a poner por delante de su conveniencia egoísta el interés de los ciudadanos.

P.- ¿Son mayoría los independentistas en Cataluña?

R.- En Cataluña hay una mayoría amplia de ciudadanos que nos sentimos catalanes y españoles, en una u otra proporción. Y eso es fácil de entender salvo para los fanáticos porque las identidades no se excluyen. Lo que sucede es que en los últimos años todas las encuestas registran el aumento de personas que se sienten a disgusto en la organización territorial vigente. Y esto es así, en primer lugar, porque el Estado de las autonomías, tras haber rendido un servicio formidable al progreso y a la convivencia, muestra sus límites con la crisis y aparecen goteras por todas partes. Hace falta claridad en las competencias. Hace falta evitar duplicidades y derroches, hace falta colaboración y cooperación y un Senado auténticamente territorial.

Ese cambio de la opinión pública también se debe a la tortuosa tramitación del Estatut y su desenlace fallido, con una sentencia que alteraba lo ya votado por los catalanes en referéndum. Responde también a una reacción de incomprensión y hostilidad hacia Cataluña y su cultura que el PP expresó con especial brutalidad. Y en los últimos meses el cambio en la opinión pública está propiciado por la conducta irresponsable de Artur Mas. Como dijo Javier Cercas, para evitar que los catalanes le culparan de todos sus males, Artur Mas decidió buscar otro culpable: España. Y ahí nació esa campaña feroz y falaz sobre el expolio de Cataluña por España. CiU cuenta con muchos medios y los usa sin escrúpulos morales ni legales. Lo acabamos de ver en la campaña institucional de las elecciones que se cierra con imágenes de la manifestación independentista del 11 de septiembre.

P.- ¿Hay una Cataluña real y otra virtual?

R.- En la Cataluña real el paro se dispara, las empresas recelan y sienten desconfianza, los niños pagan más por llevar un tupper que un millonario por heredar un yate; en la Cataluña real la sede de CiU está embargada por indicios de financiación ilegal con dinero procedente del expolio del Palau de la Música; en la Cataluña real, sobre el secretario general de Convergència pesa la acusación de enriquecerse amañando concesiones de ITV; en la Cataluña real las listas de espera se multiplican y los profesores se dividen. Pero en la fábula de Artur Mas se dibuja un mundo donde las pensiones suben, los impuestos bajan, el Barça juega en la Liga española porque, según Mas, Cataluña es como el principado de Mónaco; Cataluña está defendida por la OTAN pero no gasta un céntimo en ejército; un país se independiza y se queda en Europa, al margen de lo que diga el Tratado de la Unión Europea; en la fábula de Artur Mas el que quiere puede tener dos y hasta tres pasaportes y por tanto no hay tensiones entre los catalanes y, encima todo eso sucede en perfecta armonía con el resto de España, que se despide tan feliz tras unos cuantos cientos de años de convivencia solo porque en dos horas Mariano Rajoy y Artur Mas no se pusieron de acuerdo.

Ésa es la estafa que hay que desenmascarar. Y no hay que hacerlo con amenazas, ni con insultos. Hay que hacerlo con información y con respeto; con realismo y también con esperanza. Mostrando que frente al camino de la discordia y la ruptura hay un camino para superar juntos las dificultades, para vencer los problemas económicos y darnos una convivencia basada en el respeto, como lo hicimos hace 35 años tras una Dictadura siniestra cuando todo el mundo esperaba que volviéramos a enzarzarnos en una lucha fratricida.

P.- ¿Por qué razón Pere Navarro, que defiende una Cataluña dentro de España, ha introducido el derecho a decidir en su programa? ¿Hay muchos independentistas en el PSC?

R.- Creo que el programa del PSC deja clara su voluntad de convivencia y su rechazo a la independencia. El problema de la expresión derecho a decidir es cómo la utilizan los nacionalistas. La usan de forma equívoca y tramposa para decir independencia. Y yo le digo claramente: no soy independentista y estoy en contra de la independencia, de la secesión de Cataluña de España.

Y, además, creo que los ciudadanos decidimos cada vez que votamos en libertad. Lo hicimos hace ya más de tres décadas, cuando votamos la Constitución que, por cierto, donde más se votó fue en Cataluña. Y lo hacemos cada vez que nos pronunciamos en las urnas. Por tanto, estamos hablando de algo muy serio y el momento reclama la máxima claridad. La misma que ha tenido Viviane Reding, que ha dicho claramente que no se puede declarar unilateralmente la independencia y seguir dentro de la UE.

En España nos regimos por una Constitución que fue votada también por CiU y también por Artur Mas, que era ya mayorcito y sabía lo que votaba. Para cambiarla, lo primero que se precisa es volver a votar todos. No vale decir «Yo firmé aquel contrato, pero me desentiendo». Aquel contrato sigue en vigor y para revisarlo, o incluso para romperlo, usted debe debatir, negociar y votar, le guste o no.

Por tanto, la primera tarea es reformar la Constitución con el esfuerzo, la opinión y el consenso de todos. Y antes de que nos encontremos en ese punto, me parece prematuro establecer nuevos pasos. Lo que yo deseo, y por ello trabajaremos los socialistas de toda España, es lograr un pacto constitucional renovado. Un pacto federal que sea la solución a las actuales disfunciones del Estado autonómico. Eso evitará que alguien me pueda obligar a elegir entre si soy catalana, española o europea. Soy las tres cosas y esa suma de identidades nos hace más fuertes.

P.- ¿Sería bueno que el PSOE decidiera el año próximo en primarias quién será su candidato a las generales?

R.- Mis ideas sobre la marcha del socialismo español y sobre sus perspectivas se las he comunicado en persona a Alfredo Pérez Rubalcaba, de frente, tal como él pidió. Y prefiero que siga siendo así.

>Chacón toma la palabra. Vea hoy en EL MUNDO en Orbyt el videoanálisis de Casimiro García-Abadillo.