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  • Fernando Sanchez Drago

Deletus est socialismus

NO, SEÑORA Cospedal. No sería bueno para España que el PSOE recuperase el rumbo. Comprendo que lo haya dicho, pues así lo exige la doctrina de que no hay democracia sin oposición (yo la prefiero homogénea), pero mucho mejor sería que el socialismo -ese pudridero de la libertad y semillero de la pobreza definido por Nietzsche como la moral de los esclavos- desapareciese de la faz del mundo. Sólo desgracias nos ha traído su existencia, fuera cual fuese el disfraz de quita y pon que para seguir en la trepa iba su hipocresía adoptando. Doble fue siempre su rostro: amable y razonable cuando su nombre se escribía con ese de socialismo o patibulario y revolucionario cuando cambiaba su inicial por la ce del comunismo, hijos gemelos ambos de un mismo padre barbudo. Ocúpese la medicina de ese partido enfermo internándolo en un psiquiátrico para que le curen el desdoblamiento de personalidad o, de no conseguirlo, lo incapaciten. Su caso recuerda al de Jekyll y Hyde: doctor aplicado entre las probetas del hemiciclo y licántropo cuando se va de soflama y oriflama por la jungla de las calles. ¿Doble rostro? Sí, y a veces cuádruple: españolista en Andalucía, catalanista en Cataluña, federalista en Ferraz y europeísta en Bruselas. ¿De verdad sería malo que el PSOE desapareciera? ¡Pero si tenemos a Rosa Díez! ¿Qué sucedió en Europa cuando el muro de Berlín se redujo a cascotes? ¡Protesto!, exclamará la Valenciano. Admitida la protesta, dirá Garzón. No importa. Prosiga el letrado. ¿Qué sucedió en Italia cuando el PSI, gracias a Craxi, hizo mutis por el Foro Palatino? ¿O en Grecia, cuando el Pasok, que tanto cacareaba, se quedó como el gallo de Morón? El PSOE, tras el ensayo general de Asturias, trajo a España una guerra cuyas heridas aún supuran y, después de Franco, la corrupción del felipismo y el desguace económico, geográfico y moral de Zetaparo. Nada tenemos que agradecerle. Si se va por el sumidero del remolino que lo ahoga, y todo augura que así va a ser (¡ojalá siga Rubalcaba, aunque Griñán tampoco esté mal!), bendito sea Dios. O sea: Felipe (Bonodixit). En Cataluña ya limosnean. Sus diputados tendrán que retratarse en taquilla antes de entonar el canto del cisne. Lo de socialismus es latín macarrónico. Neologismo, no, porque ya es arcaísmo. No seré yo quien rescate éste ni quien lleve rosas en el puño a la tumba de Pablo Iglesias.