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El Rey agradece el «sacrificio» de los españoles

Don Juan Carlos afirma en la India que ese «esfuerzo» es lo que reduce la deuda

El Rey, ayer en el mausoleo de Gandhi, exhibiendo los siete pecados sociales según el líder espiritual. / EFE

En estos dos días de intensa visita oficial en la India el Rey no ha cesado de vender la imagen de España. Además de insistir en los frutos que están dando las reformas económicas, Don Juan Carlos señaló ayer que es gracias al «sacrificio» y al «esfuerzo» de los ciudanos españoles por lo que se está consiguiendo reducir «el déficit de la balanza por cuenta corriente y la deuda pública y se está produciendo una mejora de la productividad y la competitividad».

Para insistir en esta idea, que comenzó a usar en Bombay, Don Juan Carlos utilizó como marco la cena de gala que le ofreció en Nueva Delhi el presidente de la India, el octogenario Pranab Mukherjee. A diferencia de Bombay, Delhi recibió ayer al Rey con pompa y ceremonia, como corresponde a la capital política del país. Hubo honores militares en el grandioso palacio presidencial (President's House), el lugar que ocupó el último virrey de la India, Lord Mountbatten, posteriormente asesinado por el IRA mientras pescaba plácidamente en Irlanda. Hubo también un homenaje íntimo y silencioso a Mahatma Gandhi, considerado el padre de este país y que consiguió la independencia del Reino Unido en 1947. Y hubo un encuentro con la reina política de este país, Sonia Gandhi, nacida italiana bajo el nombre de Antonia Maino y poderosa líder del Partido del Congreso tras enviudar de Rajiv Gandhi en 1991. Mañana, Gandhi prepara su último golpe: conseguir la colocación de su hijo Rahul, de 42 años, como miembro del Gobierno tras el cierre de la última crisis. La dinastía no coronada Nehru-Gandhi se perpetúa así.

Pero fue la economía lo que prevaleció, un día más, en este país con 1.280 millones de habitantes, que crece al 5,6% y cuyas infraestructuras son pésimas. España está deseosa de ofrecer a la India todo lo que ésta desesperadamente necesita, y ayer se firmaron los acuerdos que dan la armadura legal a esta necesidad: el Rey presidió ayer junto al primer ministro, Maumohan Singh, la firma de los memorandos cruciales para permitir el intercambio comercial en Defensa, producción cinematográfica e infraestructuras.

Ante el Rey firmaron los ministros de Defensa (Pedro Morenés), Exteriores (José Manuel García-Margallo) y Fomento (Ana Pastor). El camino ha quedado abierto legalmente para que España empiece a vender fragatas a la India; a hacer películas en su potente industria de Bollywood, y a arreglar sus vetustas carreteras y ferrocarriles.

La estrella de la amplia delegación española (cuatro ministros, incluido José Manuel Soria, de Industria, y 14 altos ejecutivos y empresarios) ha sido, sin embargo, Ana Pastor. No por ser la única mujer (que lo fue), sino por tener ocho homólogos en los 32 ministerios con los que cuenta la India.

Pastor ha trabajado extra estas 48 horas en la India. Ayer, además de inaugurar una exposición de fotos en el Instituto Cervantes, se reunió con uno de los hombres más importantes del país: Montela Singh, el llamado zar económico porque de él depende la planificación de los próximos cinco años, en los que se ha destinado un billón de euros para la construcción y mejora de infraestructuras. Será en este sector en el que, si las empresas españolas continúan con el trabajo emprendido estos días por el Rey y los ministros, se consigan los mayores contratos. Pastor ya piensa en volver en el mes de febrero.

Los ocho homólogos de Pastor contrastaron con el único de Margallo, SM Krishna, que eligió además el día de ayer para dimitir como ministro de Asuntos Exteriores. Krishna se marchó en plena visita del Rey precisamente como consecuencia de esa crisis gubernamental que culminará mañana con la previsible colocación del heredero Rahul Gandhi.

Tras este viaje oficial, la relación con la India promete ser algo más que mera circunstancia. En el palacio presidencial diseñado por Edwin Lutyens, bajo el esplendoroso techo de la sala Ashok lleno de escenas persas de caza, el presidente Mukherjee alzó su copa para brindar con el Rey mientras afirmaba: «Nos gustaría crear el camino para un desarrollo futuro que vaya más allá de la recuperación de la actual crisis».