El imam que radicaliza Ceuta

Un informe señala a Haddouchi como inductor del viaje suicida de tres españoles a Siria

Imagen de la mezquita de Al Tauba, en el barrio ceutí de Príncipe Alfonso, donde ofrece sus sermones el imam Omar El Haddouchi. / FIDEL RASO

El imam El Haddouchi. / E. M.

El 8 de junio pasado, se supo que Rachid Hossain Mohamed, alias Ouahabi, uno de los tres españoles que se había desplazado desde Ceuta a Siria para incorporarse a las filas del islamismo radical, había muerto. Meses después, unas imágenes suyas mientras se estampaba contra un cuartel del ejército y causaba la muerte de decenas de personas, fueron colgadas en internet, pero ese día 8 en el que se difundió entre los suyos la noticia de su muerte, uno de los imames más radicales de Marruecos, Omar El Haddouchi, estaba dirigiendo el rezo en una de las mezquitas de la ciudad autónoma.

Apuntala así la tesis de las fuerzas de seguridad que le señala como uno de los «elementos clave en el proceso de radicalización y captación» de los tres españoles que viajaron a Siria: Ouahabi; Mohamed Layachi, Piti, y Mohamed Abselam, Tafo. De ellos y de muchos que se acercan a oírle cuando cruza la frontera.

Los investigadores policiales han depositado en la Audiencia Nacional un informe completo sobre el caso de estos españoles islamistas, y en él tiene un puesto prevalente este líder radical marroquí: El Haddouchi ha estado varios años preso en su país por su presunta vinculación con los atentados de Casablanca de 2003, está considerado uno de los líderes de la Salafía Yihadía marroquí. Fue indultado por el rey Mohamed VI el 4 de febrero, pero tiene prohibido dirigir el rezo en el país magrebí.

Ninguna de estas circunstancias ha impedido, según dicho informe, que se desplace en varias ocasiones a Ceuta por la aduana de El Tarajal, junto con dos simpatizantes, para realizar el sermón y el rezo del viernes (haddor) en la mezquita de Al Tauba.

Según las tesis de las fuerzas de seguridad, lo primero que hizo el islamista Omar El Haddouchi, cuando recuperó la libertad fue reivindicar la liberación de los yihadistas que se encuentran en prisión y retomar las reuniones con sus simpatizantes de antaño. Poco después, asistió a una reunión convocada en una mezquita de Tetuán, en la que también estuvieron presentes varios radicales con conexiones en Ceuta, que pudieron recibir determinadas instrucciones por parte de El Haddouchi. Esos islamistas tenían relación directa con el taxista Ouahabi, con Piti y con Tafo, los tres jóvenes que se marcharían a Siria el 7 de abril, de modo que el imam marroquí pasó a ser considerado uno de los «promotores» del viaje, cuyo objetivo sería cumplir con la llamada realizada por el sucesor de Bin Laden a principios de año.

El 11 de febrero, Ayman al Zawahiri, el médico egipcio considerado el líder de la organización terrorista Al Qaeda, colgó en internet un vídeo de ocho minutos en el que calificaba de Yihad, guerra santa, la lucha para derrocar al Gobierno del presidente de Siria, Bashar al Asad.

Después de ese episodio, un grupo de ciudadanos sirios identificados con la llamada Salafía Yihadía estableció contacto en Ceuta con jóvenes musulmanes residentes en las barriadas marginales Príncipe Alfonso y Príncipe Felipe. A esas reuniones asistieron los tres desplazados hasta Siria y también los enlaces entre ellos y el imam radical marroquí El Haddouchi.

Ouahabi, Piti y Tafo ya habían dado muestras, no obstante, de su posicionamiento islamista. Medio año antes de su partida, en el mes de junio de 2011, Mustafa Mohamed Layachi, Piti, irrumpió en la mezquita Al Kudia y expulsó al imam Mohamed Issa, que se disponía a iniciar el rezo, porque se había negado a realizar una versión del Corán de índole radical. En 2008, Piti, había sido detenido por la Guardia Civil por su relación con el robo de un vehículo. Dos años más tarde, ya se encontraba integrado en un grupo de musulmanes radicales, entre quienes destacaba Abu Yassin, que sería detenido después por un delito de terrorismo en Marruecos.

Respecto a Ouahabi, en agosto de 2010, las fuerzas de seguridad marroquíes desarticularon una célula terrorista integrada por 18 personas que se movían por Rabat, Larache y Tánger y cuyo fin era atentar en Marruecos contra intereses extranjeros. Algunos de esos detenidos tenían relación con ciudadanos ceutíes, y entre ellos estaba Rachid Hossain Mohamed, Ouahabi.

Fue Ouahabi, el taxista, quien se puso al frente del grupo que marchó a la guerra santa contra el régimen sirio. No se sabe muy bien cuál fue su recorrido concreto. Pudieron salir desde Ceuta a Málaga para después viajar hasta Bélgica, Estambul y la frontera con Siria, a la que accedieron por la red clandestina que fue puesta a su disposición. Fueron pocas las llamadas a su familia.

En ellas contaban, primero, que se habían desplazado a comprar un coche hasta Alicante; después, sin dar más explicaciones, aseguraban a sus esposas que no iban a regresar y se marcharon a Portugal. Finalmente, cuando fueron pillados en Turquía, uno de ellos le advirtió a su mujer que no pensaba volver. Lo siguiente fueron las llamadas avisando de que habían muerto, el pésame de los vecinos del barrio oficializando el rumor -también el del imam Haddouchi, quien, oportunamente, ese día estaba en Ceuta- y, finalmente, ese vídeo en el que uno de ellos parte como copiloto a bordo de un camión que quedará reducido a la nada, poco después, en el interior de un hongo de fuego explosivo.