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  • Federico Jimenez Losantos

Que no hay problema

DICE Mariano Rajoy que España no tiene un problema estructural. Y es verdad: sólo en esta última semana ha demostrado que tiene cinco. Por seguir el orden del protocolo institucional, comencemos por un Jefe del Estado retratado como modelo de corrupción tercermundista en el New York Times sin que la Zarzuela haya desmentido ni un dato de su inmensa e injustificada fortuna ni una frase entrecomillada de la «asesora estratégica del Estado español a través de su empresa Apollonia Associates», vulgo Corinna, que tampoco es un problema, sino una solución… particular.

Después del Jefe del Estado, va el presidente del Gobierno. Rajoy lleva casi un año dándole vueltas -en la prensa extranjera- a si pide o no pide el rescate, aunque estamos intervenidos y con respiración financiera asistida desde mayo de 2010. Nuestra deuda asciende a más del 90% del PIB, pero no tenemos un problema estructural; hay cinco millones y medio de parados, el doble de la media de la UE, la prima de riesgo no nos permite financiarnos, los bancos no dan crédito, los jóvenes emigran en masa, los Presupuestos no se cumplen, suben brutalmente los impuestos, cae la recaudación, tiemblan las pensiones, pero España no tiene un problema estructural.

Sigamos el protocolo: las Cortes, sede de la soberanía nacional, han visto suplantada su función por un parlamento regional, el de Cataluña, donde se anuncia un referéndum ilegal para convertirse en Estado independiente; eso sí, como está en quiebra, sigue pidiendo dinero al resto de España. Pero en 2012 el Parlamento sólo se ha puesto de acuerdo en dos cosas: aplaudir al Rey tras lo de Urdanga y a Carrillo pese a Paracuellos.

Turno del Estado autonómico: metástasis imposible de controlar y, por ende, de financiar, pero, según Rajoy, tampoco es un problema, sino una solución. Y por último, lo primero: la Justicia, cucaña de corrupción engrasada por los partidos políticos que sentencia por cuotas, permite almacenar droga para robarla y trata al justiciable según quién es, no según el delito: la Pantoja y la Infanta Cristina. En Cataluña no se cumplen las sentencias del Supremo sobre derechos lingüísticos, ni en Baleares, ni en ningún sitio; pero España no tiene un problema estructural. Ventajas de morirse.

>Vea el videoblog de Carlos Cuesta La escopeta nacional. Hoy: Las pensiones sí peligran