Antropología / Datado en 100.000 años

El ADN de los hijos de 'Adán'

El análisis genético de los bosquimanos confirma que son el pueblo vivo más cercano al origen del hombre moderno

Un bosquimano dispara una flecha con su arco en el desierto del Kalahari en Namibia. / AGE PHOTOSTOCK

Los secretos del origen del hombre moderno permanecen ocultos en algún rincón del sur de África. Las pruebas genéticas, antropológicas y arqueológicas no dejan espacio para dudar de que todas las poblaciones actuales provienen de algunos grupos que habitaron cerca de lo que hoy es el desierto de Kalahari (Botswana, Namibia y Sudáfrica). Pero el proceso por el cual surgieron los primeros seres humanos actuales continúa siendo objeto de debate en la comunidad científica.

Por ese motivo, una serie de investigaciones publicadas en revistas científicas en los últimos meses está tratando de definir con más precisión la variabilidad genética ancestral del África subsahariana como clave de la variabilidad humana actual. Ahora, un nuevo estudio suma sus resultados a este puzzle que, poco a poco, está ayudando a comprender cómo surgió el Homo sapiens.

Las conclusiones del trabajo, publicado hoy en la revista Science, resaltan la importancia de la enorme riqueza de la historia genética de los pueblos vivos más antiguos de la Tierra. Los investigadores examinaron las variaciones genéticas de 220 individuos provenientes de 11 poblaciones diferentes del sur de África para explorar sus relaciones y sus puntos en común. Lo que supone el conjunto de variantes genéticas de estas poblaciones más completo que se tiene hasta la fecha.

Los bosquimanos (también denominados Khoisán) son el grupo humano vivo cuya divergencia de otros grupos africanos está considerada como una de las primeras en la historia de los humanos modernos. «Cuando comenzamos a bucear en estos datos, quizá el resultado más rompedor fue la profundísima estructura de población que encontramos, la más antigua que hemos hallado hasta la fecha», explicó en una teleconferencia con periodistas el director de la investigación Mattias Jakobsson, del Departamento de biología Evolutiva de la Universidad de Uppsala (Suecia).

«Así que cuando datamos esa separación vimos que se produjo hace al menos 100.000 años, el doble que la segunda separación más antigua», explicó Jakobsson. El dato ya se conocía en la comunidad científica, pero el trabajo de los investigadores procedentes de Suecia y Sudáfrica aporta información nueva sobre genes clave en la evolución de los humanos más antiguos del árbol genealógico humano.

Los científicos detectaron genes relacionados con el desarrollo esquelético, como el crecimiento del cartílago y los huesos, o con el sistema inmune y las funciones neurológicas. Sin embargo, algunos colegas ponen en cuarentena algunas de las conclusiones del nuevo trabajo. «La interpretación de que el origen de la morfología moderna pueda estar asociada con cambios en pocos genes me parece arriesgada», asegura a EL MUNDO Carles Lalueza, investigador del Centro de Biología Evolutiva del CSIC. «Cada vez creo que es mas importante la regulación de un genoma que los cambios funcionales que haya en este».

Las conclusiones del estudio ayudan a comprender cómo las poblaciones de humanos modernos alrededor del mundo surgieron a partir de una compleja historia evolutiva en África. «Lo más positivo de este trabajo es que devuelve la importancia histórica de una gente que ha sido marginada por el resto del mundo», dijo Himla Soodyall, de la Universidad de Witwatersrand (Sudáfrica) y una de las autoras de la investigación.

>Veahoy un videoanálisis del estudio, por Miguel G. Corral.