El exótico sufridor de la Vuelta

El eritreo, primer ciclista negro de la ronda, llega a Madrid tras padecer un calvario e intercambiar penalidades con el chino Ji Cheng, farolillo rojo

El eritreo Daniel Teklehaimanot, en la contrarreloj de esta temporada. / PASCAL PAVANI / AFP

En el Mirador de Ézaro llegó hora y media después de Purito, fue el 173ª clasificado. En Lagos de Covadonga se cayó y se lastimó el hombro y la muñeca derecha, su director le impidió abandonar. En el Cuitu Negru se quería morir tras vomitar como un descosido. Sin un gramo de fuerza, no pudo ducharse en el autobús del Orica Greenedge, esa noche se encerró en la habitación de su hotel y ni siquiera bajó a cenar. La Vuelta ha sido una agonía para Daniel Teklehaimanot, debutante y primer negro en la historia de la ronda española. El eritreo es campeón de África en crono y línea.

Su director, el australiano Neil Stephens le considera un diamante por pulir: «Está aprendiendo. Le falta experiencia, pero pone empeño. Le costó arrancar, pero tiene buen motor y se ha dado cuenta de que lo que hacía antes no bastaba para seguir en el ciclismo. Hay que ser listo y manejar muy bien la bicicleta. Para mí no es una pieza decorativa y exótica. Es un componente más de la escuadra, buena persona. En mi equipo no quiero a un tonto que ande bien en bici».

Teklehaimanot, que vive en Varese (sede de la escuadra Orica Greenedge), ha sufrido, en la Bola del Mundo fue el 93º, pero puede presumir de no acabar el último, como le ha sucedido al chino Ji Cheng, otro que ha padecido calamidades para no llegar fuera de control. El farolillo rojo en Madrid. Muchas veces coincidieron en la cola del pelotón.

«Llegar a Cibeles es un éxito para mí», dice el africano, muy querido en su equipo. El australiano Alan Davis elogia su actitud: «Es un buen escalador, tiene talento y va aprendiendo. Es espabilado, no tienes que decirle dos veces lo que tiene que hacer». En la misma línea se expresa Díaz de Otazu, ex ciclista, auxiliar del Orica: «Daniel es un tipo duro y muy educado, trabaja bien. Es muy exigente consigo mismo. Para ser su primer año como profesional ha respondido bien. Le veo con futuro».

Teklehaimanot, el otro héroe de la Vuelta.