CONCHA GARCÍA CAMPOY

«YA ME SIENTO RECUPERADA»

SALIDAS NOCTURNAS. García Campoy no ha podido viajar este verano pero sí ha acudido a espectáculos junto a su pareja Andrés Vicente Gómez . Aquí, en un concierto de Estrella Morente. / E.P.

oncha García Campoy ha recuperado la sonrisa... si es que alguna vez la perdió. En su batalla contra la leucemia, la popular presentadora siempre ha mantenido el ánimo bien alto y, ahora que se han cumplen tres meses desde que se sometiera a un transplante de médula, está convencida de que es una guerra ganada. En su primera entrevista desde que abandonara los focos para dedicarse a su recuperación, la periodista (53) nos da la mejor de las noticias: «Ya me siento recuperada. Sé que tengo que cuidarme y que de un cáncer no te dan el alta. Serán cinco años de revisiones pero tengo la cabeza en el mundo real y no en el hospital». Su voz irradia optimismo. Un rayo de ilusión en este estío más bien gris.

Atrás quedan los durísimos seis meses en los que ha vivido, practicamente, en el hospital de la Zarzuela. «Ha sido muy pesado. Estaba siete semanas ingresada y me dejaban salir una para luego volver, pero tengo que agradecer al equipo médico lo bien que me han cuidado todo este tiempo».

Pregunta.- ¿Cómo ha vivido ese difícil período?

Respuesta.- No lo veo como un tiempo perdido, si no como un tiempo ganado. He aprovechado para leer mucho y me he puesto al día con muchas series de televisión de la HBO: El ala oeste de la Casa Blanca, Mad Men, Broadwalk Empire, Los Soprano... Así de paso practicaba el inglés. También he tenido tiempo para ver mucha televisión nacional: concursos, ficción, informativos y coger alguna idea.

P.- ¿Ya está pensando en su regreso a televisión?

R.- Tengo que decir que Vasile se ha portado fantásticamente conmigo. No me ha presionado para nada, al contrario. Aún es pronto para ponerme delante de una cámara. Tengo que coger músculo y ganar confianza con mi imagen. Por ejemplo, aun tengo que llevar peluca. Pero quizás para enero ya vuelva a trabajar. No creo que regrese a los informativos matinales. Pienso en otras fórmulas que también tengan que ver con la actualidad... Estoy muy ilusionada.

UN VERANO APROVECHADO

Hasta que llegue su ansiada reincorporación a Telecinco, Concha García Campoy se ha ganado un merecido descanso. Este verano no ha podido ir a su querida Ibiza, la isla con la que mantiene una vinculación vital muy especial y en la que ha vivido alguno de sus mejores momentos. «Tenemos una casa allí pero por ahora no me puede dar el sol. Así que he querido evitar las tentaciones de la playa. Y bueno, otras tentanciones... (ríe). Quizás en septiembre pueda escaparme porque ya podré hacer vida normal y las revisiones médicas se irán espaciando en el tiempo».

P.- A pesar de no haber podido viajar, la hemos podido ver en sus primeras salidas por Madrid...

R.- Sí, el verano en Madrid está muy bien. Hay muchos espectáculos a los que ir. Por ejemplo, fuimos al concierto de Estrella Morente. Lo que ocurre es que aún tengo que evitar las concentraciones y cosas de ese tipo. De todas formas, estoy pasando un buen verano. He aprovechado para pasar mucho tiempo con mi familia y con mis hijos porque ha sido un invierno duro.

P.- ¿Cómo le ha cambiado este tiempo? ¿Cree que, al final, ha habido algo bueno en esta enfermedad?

R.- A pesar de todo, sí. Estar enfermo nunca es nada apetecible y las cosas que de verdad importan en la vida ya las sabía. No hace falta pasar por algo así para saber cuáles son tus pilares, pero esta enfermedad me ha servido para parar y decir no a las cosas que no quieres hacer. Te da esa serenidad. En 30 años de profesión no he dejado de trabajar más que dos días cuando se murió mi padre. Nunca he estado mala ni de baja. Siempre había soñado con un año sabático, es una pena que me lo haya tenido que tomar por esto. Pero aún así no he parado. Incluso, cuando podía, en el hospital practicaba gimnasia. Aunque estuviera muy cansada, luego me daba un premio y veía algún capítulo de una serie que me gustara.

P.- ¿Qué cree que ha aprendido de todo esto?

R.- Principalmente dos cosas. Por un lado me he dado cuenta de que soy mucho más fuerte y más valiente de lo que yo creía. Pasar por un proceso así te ayuda a conocerte más a ti mismo y a mí me ha servido para perder muchos miedos. Luego ha sucedido algo maravilloso y es que he recibido muchísimo afecto. No sólo de la gente que me rodea sino que ha reaparecido gente de todas las épocas de mi vida para demostrarme su cariño. ¡Incluso amigas de la infancia de las que hacía años que no sabía nada! Ha sido muy emocionante porque era como ver pasar mi vida por delante.

Efectivamente, cuando la presentadora anunció su enfermedad a través de Twitter el pasado enero, la red se llenó de muestras de apoyo y solidaridad. Sin embargo, ella no necesitaba el mundo virtual para sentirse arropada. Sin separarse de su lado en todo este proceso, su pareja, el productor Andrés Vicente Gómez (68), ha sido su faro en mitad de la tormenta. «Él ha llevado el peso de todo esto y ha estado fantástico», confirma la presentadora.

P.- ¿Reforzar su relación ha sido otra de las cosas buenas que le ha traído esta dura batalla?

R.- Si antes estábamos unidos, la verdad es que ahora lo estamos todavía más. En las enfermedades largas, muchas veces la gente no sabe cómo tratarte. Hay gente que se acobarda y no te ayuda para nada. En cambio, él ha sido maravilloso y vitalista. Yo estaba muy bien cuidada y no quería que la gente paralizara su vida por mí. Así que él seguía con sus proyectos y cada día venía a contármelos. No me he sentido enferma a su lado.

OTRA RECUPERACIÓN

Precisamente, la recuperación de Concha García Campoy ha ido en paralelo a la recuperación profesional de Andrés Vicente Gómez. Al igual que la mayor parte de la industria cinematográfica española, el ganador de un Oscar por Belle Époque, capeaba una mala racha en los últimos tiempos. Gran parte de la culpa de esta temporada errática se debía a los problemas derivados de Manolete, el filme sobre el legendario matador protagonizado por Penélope Cruz y Adrien Brody. Rodado hace ya seis años y con un un presupuesto cifrado en alrededor de 20 millones de euros, este largometraje había adquirido el halo de película maldita por sus problemas para estrenarse. Sin embargo, la película producida por el empresario madrileño llegará a las pantallas, al fin, el próximo viernes 24 de agosto.

AMBICIOSOS PROYECTOS

Una gran noticia que se suma a dos esperados proyectos teatrales en los que está trabajando el productor. Por un lado, El último jinete, un ambicioso musical 100% original con libreto del escritor Ray Loriga que verá la luz el próximo diciembre en los Teatros del Canal de Madrid y para el que Andrés Vicente Gómez está contando con profesionales de primera línea del West End londinenses. Además, el exitoso productor tiene también avanzada la versión musical de uno de sus grandes éxitos: ¡Ay, Carmela!

«La verdad es que es imposible aburrise a su lado», cuenta Concha. «Con todo por lo que hemos pasado, no ha parado. Ha estado hiperactivo. Creo que es un gran ejemplo para los niños por su capacidad de trabajo».

La presentadora, que lleva más de una década junto al productor, es madre de dos hijos: Lorenzo (19) y Berta (14), nacidos de su segundo matrimonio con el periodista y sociólogo Lorenzo Díaz. Precisamente, junto a su hija está realizando estos días una escapada tan necesaria como secreta. «Los propios médicos me han animado».

Junto a su pareja, sus hijos han sido el otro pilar para su recuperación: «Lo más importante para recuperarse es sentir afecto y no tirar la toalla nunca», explica. «Mi equipo de médicos en la Zarzuela me dijo que nunca se podía saber cuánto se va a vivir. Hay personas que ingresan en un estado muy grave y se salvan. Otras, en cambio, están mejor y acaban cayendo. Es importante mantener el espíritu positivo. Ordenar la cabeza e ilusionarse con un proyecto». Palabra de luchadora.

Ahora, sólo falta que pasen los días y que la presentadora pueda volver a sus rutinas. Regresar al palpitar de la actualidad y que nos regale noticias tan animosas como la de su recuperación. Estamos necesitados de ellas... y de más Conchas.